EL TRIUNFO DE LA IGNORANCIA Y LA MEZQUINDAD

Fecha de publicación: 16-nov-2016 11:12:10

| Por Olga Elena Martínez Gómez |

Con el triunfo del No en el plebiscito y del candidato republicano Donald Trump, es claro que los ganadores utilizaron como ardid de campaña la ignorancia del pueblo. En Colombia, los voceros del Centro Democrático engañaron a millones de personas con mentiras sobre las bases del Plebiscito, exponiendo que Colombia caería en el Castrochavismo, cosa impensable en un país donde las derechas siempre han hecho lo que han querido y son los más poderosos de América latina. O con la tergiversación en la igualdad de géneros, o que la guerrilla se tomaría el poder con un puñado de curules no representativas. Se pudo engañar al pueblo por su ceguera atropellante, que solo les permite disfrutar de borracheras los fines de semana mientras gastan sus neuronas viendo futbol o discutiendo sobre carros o mujeres. Así duela, es el país que tenemos, una cultura enana, que aún está sumida en el oscurantismo y que no ha podido crecer porque los poderosos y los políticos se han hincado como borregos sin cabezas ante países primer mundistas y les han entregado nuestras riquezas a lo largo de tantos años, en vez de ayudar a crecer a su nación. Y a su vez, en Estados Unidos, el país donde tantos colombianos han querido tomar con sus manos el sueño americano lavando sanitarios o cuidando a viejitos xenofóbicos, también triunfó la ignorancia. El payaso norteamericano que escogió como baluarte de campaña atacar al pueblo latinoamericano, humillarlo con un lenguaje de pre púber rebelde, de poca inteligencia, también ganó. Le dieron el voto los blancos sin estudio, que son la mayoría, pues cuando los norteamericanos cumplen la mayoría de edad, sus padres los sacan de un puntapié de las casas, para que ellos, con sus propias manos, logren sostenerse. Y como el sueño americano es caer en las garras del consumismo, todos salen a trabajar como mulas para conseguir los mejores televisores, los carros últimos modelos o para ir de comprar a los centros comerciales. Muy pocos quieren seguir estudiando, pues este país está hecho para gastar los días en trabajar como burros, para vivir como idiotas. También una buena parte de los latinos lo apoyaron, los que ya estaban cobijados por el manto de esa mentira consumista y ya no les importa los terribles daños que pueda causar un hombre como Trump en el resto de América.

Y ahora, llegan estos nuevos acuerdos de paz, donde, de nuevo, la oscuridad se impone y el abuso del uribismo con sus exigencias mal intencionadas impedirán sacar adelante a este país sumido en la miseria y la ignorancia. Porque ¿Si los acuerdos de paz no serán incluidos dentro del bloque de constitucionalidad, qué garantía jurídica tendrán? El Presidente Santos explicó en su alocución que “Sólo quedarán dentro de la constitución los temas de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario”. ¿Y lo demás? Las Farc querían blindar el Plebiscito y por esa razón lo incluirían dentro de la Constitución colombiana, pero si el cumplimiento de lo pactado se dejará “a la buena fe de los políticos de turno” ya sabemos a dónde terminará todo este esfuerzo, porque todos sabemos que un ladrón es más honorable que cualquier político colombiano. Esto se ha convertido en el espectáculo de circo más barato y ridículo que he conocido.

Qué vergüenza el país que tenemos, donde la impunidad y la mezquindad de unos pocos son capaces de engañar a un pueblo entero, así como sucedió hace tantos años, cuando un puñado de españoles iletrados y codiciosos, engañaron a nuestros indígenas con espejos oxidados.